I
Parte
Mr.
Smith
estaba leyendo uno de esos potes de leche pasteurizada que llevan en
la parte posterior una de las miles de personas extrañamente
desparecidas en los EE.UU, en la Tv estaba una periodista muy
alterada describiendo un atentado contra la embajada de EE.UU en
Libia y mostraban imágenes de Musulmanes protestando, eran las 6 de
la mañana y ya había hecho todo el set
de ejercicios que hacía diariamente, se había duchado y estaba
desayunando su rico cereal de pelotitas amarillas, cuando se le
ocurrió la idea que cambiaría su vida para siempre.
Joven
de 29 años, alto y atlético, pelo castaño claro, ojos azules,
veterano ex marine de la guerra en Afganistan, se había graduado de
psicólogo, especialista en conductismo y cuestiones del Oriente
Medio, aunque a veces andaba medio desorientado por eso del estrés
post traumático. Fue en el país árabe donde la CIA lo captó por
primera vez y desde entonces sus estudios y su reinserción en la
sociedad norteamericana corrió por cuenta del presupuesto de la
Defensa Nacional. Todos los días salía a las seis y media de la
mañana y en su vehículo se trasladaba hasta las oficinas de la CIA
en Langley, Whashintong DC, pasando a engrosar las filas de agentes de
la Agencia Central de Inteligencia Norteamericana.
Preocupado
por su futuro el joven Smith se dormía todas las noches viendo las
películas de la Supremacía Bourne con Mat Damon y se levantaba algo
deprimido, pues no había logrado conseguir la misión que lo
ascendiera de su cargo o que al menos le trajera algo de acción en
su tediosa vida, pero ese día algo cambió, una especie de luz
ilumino su rostro y viendo el pote de leche dijo:
¡Anti
inflamable debe ser anti inflamable!
Llamó
a su superior y lo convenció de que iba a investigar algunas cosas
desde su casa y así lo hizo. Tras horas en su portátil consiguió
varios modelos, en china, en japón, y por supuesto en su país, las
diseño, analizó el impacto psicológico que tendría en la
población, las ventajas y desventajas etc. Las horas se
transformaron en días y en su oficina realizó una presentación, un
proyecto de esos con espiral, carpetica azul y con el sello del
águila, su alegría era difícil de esconder, apenas pudo, detuvo a
su superior en el pasillo y le dijo:
“Jefe
tengo una idea que creo le interesa revise este proyecto y dígame
que le parece”
El
jefe respondió: “estoy apurado Smith, ¿ya me tiene el informe de
cuantas guarderías han hablado del Islam en este mes?”
Mr.
Smith: “Claro señor ya se lo envié, pero esto definitivamente
hará que lo asciendan”
Mr
J: “Ok Smith, en el camino al comité le doy una repasada”.
Nervioso
llegó a su casa, no se imaginaba que podía opinar su jefe del
proyecto que tenía, estaba convencido de su importancia y siendo un
veterano de guerra sentía la responsabilidad de hacer respetar sus
símbolos, hacer que todas las banderas de los EE.UU fueran
antiinflamables sería desde su iluminada opinión, uno de los pasos
más importantes de la Agencia en su lucha por consolidar la nueva
doctrina de: “Guerra Global Permanente, derrotar al terrorismo
donde quiera que se encuentre, con la menor cantidad de bajas”.
(George W Bush).
Mientras
soñaba con terroristas con larga barba y Aks en el hombro,
frustrados tratando de quemar una bandera sin resultado alguno,
empezó a sonar el God
Bless
América, creía que todo era parte de su imaginación, pero en
realidad era su celular tan patriótico como él, del otro lado
estaba la voz de Mr
J que
le dijo:
“Smith
creo que su idea a calado con los de arriba, quieren escucharla, ver
si puede ser desarrollada en la nueva doctrina”.
II
Parte
A
la mañana siguiente Smith estaba antes de la hora en la sala de
reuniones preparó todo su arsenal teórico, citas de discursos de
Bush, de Obama, de Jefferson
y por supuesto todo el planteamiento científico que sustentaba su
propuesta, al ver la mesa de reuniones vio unas identificaciones en
cada una de las sillas y aunque le llamo la atención el detalle, no
prestó atención alguna simplemente continuó preparando todo.
Media
hora mas tarde comenzaron a entrar los hombres que aprobarían o
desaprobarían su idea, cada uno tenía una identificación en su
pecho uno a uno fueron entrando: Halliburton, Loockheed Martin,
Northrop Grumman, el cuarto traía un kipá, Smith se extraño, pero
el quinto lo desestabilizó se trataba de un Musulmán: larga barba y
toda la ropa correspondiente, exaltado se acercó a su superior, que
era el único que conocía de todos los que habían entrado a la sala
y apartándose un poco le dijo:
“Jefe,
me permite hablarle con toda sinceridad,
Mr
J: Claro Smith digame,
Mr
Smith: Ud me dijo que quienes dirigían la Agencia estaban
interesados en mi proyecto, pero creo que me trajo a la reunión
equivocada,
Mr
J: Estos son quienes dirigen la agencia muchacho, limítese a
exponer su proyecto a ver si se lo aprueban.
Tras
el regaño Smith arrancó, tenía preparada una exposición de 90
minutos, pero los oyentes no le permitieron sino 20 min y le
exigieron que se limitara a hablar de costos de producción, riesgos
y desventajas en el mercado, estrategia de marketing e impacto
psicológico de los posibles consumidores.
Aunque
no le dio tiempo de cerrar con la cita de Jefferson que tenía
preparada, todos tenían buena cara se hablaban unos a otros, con
recelo, pero veían a Mr. J con alegría. Smith como buen psicólogo
intuyó su victoria y un aura de patriotismo invadió su cuerpo
sonrió y se sintió más calmado, con pecho afuera y mirada
penetrante esperó la evaluación general y fue su superior quien
tomó la palabra:
Mr.
J: “Smith sin lugar a dudas hiciste un gran esfuerzo, la
investigación tiene sus ventajas, pero, nos es viable, los costos son
elevados, los consumidores, es decir el pueblo no va a ver esto con
la valoración positiva que tu planteas, así que lamento decirte que
tu propuesta fue denegada.
Dos
semanas más tarde realizando sus ejercicios mañaneros, Smith veía
la tele y salió un comercial: “ Un aguila vuela libre por el
Mundo, ya nadie puede detener su vuelo, ni el agua, ni el fuego
detienen la democracia con: ¡Banderas Antiinflamables!, la
solución más Patriótica del año”.
La
quijada de Smith casi llega a la caminadora donde estaba montado,
llamó a su trabajo y su jefe había sido cambiado de departamento,
en realidad había sido ascendido, su idea había sido
comercializada.
En
la tarde Smith colocó su renuncia y llamó a los medios de
comunicación para denunciar lo que sucedía en la Agencia. Solo
vinieron tres medios alternativos y allí comenzó todo. Desde
entonces James W Smith ciudadano Norteamericano a sido visto
deambulando por las calles de EE.UU con un grupo de extremistas que
se hacen llamar Occupy
Wall Street, su mundo definitivamente había cambiado.
Gustavo
A. Villapol R.
Comunicador
Popular
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