Arias Cárdenas: Tenemos la urgencia de revisar un poquito las cosas que Chávez dejó andando.

 
Entrevista a Francisco Arias Cárdenas.
Por Gustavo Villapol.
Foto Ernesto

 

Conversar con el comandante Arias Cárdenas es adentrarse en la historia y las tradiciones más nobles de la venezolanidad, es acercarse a uno de los principales protagonistas del movimiento que significó una irrupción histórica para el bien y la felicidad de nuestro pueblos, no solo en Venezuela, sino de Latinoamérica. Sumergirse en esta breve entrevista les llevará a acercarse más al Comandante Chávez y desentrañar los actuales momentos de la revolución bolivariana, que exigen el máximo compromiso de todos los que habitamos en esta tierra de heroísmo, sacrificio y victoria.

 
¿En qué lugar nace y se cría?
-Nazco en el estado Táchira, en San Cristóbal, mis primeros años los paso en el corazón de este estado, luego nos mudamos a San Juan de Colón. El hermano de mi mamá era cura y mi papá manejaba un autobús. En los primeros años de los cincuenta, logramos ver el tren de San Cristóbal, y vivimos el decrecimiento del sistema de transporte entre Táchira y Zulia. Un elemento que recuerdo de mi niñez muy particular, es que el centro del pueblo era la plaza Sucre, a diferencia de la mayoría, en mi pueblo se estudiaba a Sucre, sus batallas y las opiniones que tenía Bolívar sobre él.
 Luego fui al seminario Santo Tomás de Aquino, en el cual estuve casi nueve años. Allí viví el Vaticano II, que significó la irrupción de la Iglesia, desde cambios de forma, como el idioma de cada país, el cura se voltea y ya no está haciendo una cosa mágica, sino se coloca defrente a la gente; y cambios de fondo, como fue el nacimiento de la iglesia latinoamericana, primero fue Medellín y la avanzada del padre Gutiérrez, Leonardo, Sobrino, entre otros; la aparición de Puebla y lo que fue el intento de detener la Teología de la Liberación; se avanzaba con una manera particular de entender y comprender la fe en América Latina. De allí salgo directo a la Escuela Militar.
A la escuela ingrese en el setenta, estuve del setenta al setenta cuatro, mi especialidad fue artillería, pase por Táchira y otros espacios, ya poco a poco, fuimos generando grupos, y nos acercamos a compañeros que tenían cercanía con el PRV y con Douglas Bravo, así tuve los primeros acercamientos políticos con Chávez.
Siempre entrábamos en las clases de Filosofía de la Guerra y eso nos permitía generar debates y reflexiones, sin ser acusados de conspiradores. Nos fuimos juntando quienes teníamos un planteamiento transformador dentro del Ejército.

¿Cómo fue ese primer encuentro con el Comandante? ¿Cómo se conocieron?
-Nos conocíamos desde la Escuela, yo conocí a Chávez cuando estaba en segundo año de la Escuela Militar: hicimos una maniobra, una caminata muy dura, en Miranda, recuerdo que era subida, bajada, con todo el equipamiento: morral, fusil, etc. En la noche, montamos el campamento, yo con un compañero monto una carpa, a Chávez le tocaba tercer turno y mi compañero tenía cuarto turno. Chávez viene a un cuarto para la una, y le toca la pierna a mi compañero: “Mi cadete, mi cadete, ya falta un cuarto para la una, viene su guardia”. Mi compañero responde: “Maldita sea recluta, ¿tú no sabes como dirigirte a un superior?, ¿cómo me levantas 15 minutos antes de mi guardia?, tiéndete y hazme varios saltos ranas y me buscas cuando sea la hora exacta”. Chávez hizo sus saltos rana, como pudo y se retiró. Entonces va y a los cinco minutos vuelve otra vez: “Mi cadete faltan diez”. El cadete le dice: “Te volviste loco, clávate de cabeza”. Chávez se va y vuelve otra vez cuando faltaban cinco. Luego vuelve a la hora y le dice al cadete: “Yo me voy a dormir”, y él le responde “si te acuestas te mueres”. A los quince minutos, Chávez da una vuelta y nos tumba la carpa que nos cayó en la cabeza a ambos, el cadete sale, y Chávez suelta el fusil y se caen a golpes los dos. Yo tratando de separar eso, hasta que llega un alférez, los para firmes y los pone a abrir una fosa con una palita a ambos.
El cadete le decía al alférez que Chávez era un abusador y Hugo le decía que el cadete era un inmoral. Durante toda la noche estuvieron discutiendo y el cadete le decía “tú nunca te vas a graduar, tú te mueres conmigo”, y Chávez le respondió: “Será que todos en la Academia son unos inmorales como usted, todavía queda gente moral en esta institución”. Así conocí a Chávez, un hombre de principios que luchaba por lo que es justo, era un hombre de dignidad que no se caló la agresión que ahí muchos se calan, para no buscarse líos.

 
Y el último encuentro ¿Cuándo habló o lo vio por última vez?
-Mira, yo no quería ver a Chávez enfermo, lo evite hasta último momento, pero al final me decido por el corazón y me voy a La Habana.
Allí no pude verlo y hable con Fidel largo rato, le comenté que no quería verlo enfermo. La última vez que conversamos fue más bien por mensajito de texto, el día que dio la alocución a todo el país, el ocho, señalándonos a Nicolás y la continuación de toda la batalla y la unidad. Yo lo llamo porque entendí plenamente lo que estaba diciendo, sabía que se estaba despidiendo, lo llamé dos veces y no contestó, estaba en una reunión, lo llamé y la tercera me atiende y me dice que me llama luego que está reunido; yo dije, este no me va a llamar mejor le envío un mensaje de texto:
“Le doy fuerzas y le digo que tenga fe, que se va a curar”, le recordé el caso de Facundo Cabral que se salvó de una metástasis, y le digo “confianza, cuídate mucho, fortaleza y hasta luego”. Él me responde: “Estoy en las manos de Jesús Cristo nuestro señor, cuídate mucho hermanito mío, tres puntos suspensivos”.
Yo pensé, se está despidiendo, está muy muy mal, le dije a Margarita y ella me dijo que era una manera de decir las cosas. Con una pequeña pausa y visiblemente afectado por el momento, el comandante Arias cierra diciendo: bueno, esa fue la última vez, pero por supuesto Hugo sigue presente.

 
El Cuatro de Febrero
-El momento que vivimos es extraordinariamente importante, ese nombre que le pusieron al periódico es un nombre por el que uno se las jugó todas. En este mismo despacho yo vine a detener a Oswaldo Álvarez Paz. El Cuatro de Febrero, es una marca para nosotros, es una marca en la vida nuestra y una marca para la vida del país, es un movimiento al que llegamos con plena convicción, con plena conciencia, con disposición para la utopía, para la entrega, para la muerte y ahorita nos corresponde darle el día siguiente al Cuatro de Febrero, a ese cambio político que tiene que ver con un día después de la primera independencia, nos corresponde apoyar mucho esta cruzada por la independencia económica, por el cambio de la conciencia rentista petrolera, la productividad de riquezas fundamental con los criterios de un estado socialista.

En los últimos dos años hemos vivido un proceso que no dudo en calificar heroico, no es fácil lo que nos tocó y es un gigantesco logro haber mantenido la paz y la unidad. Frente a las actuales circunstancias desde su criterio, ¿cuál es el papel de nuestro pueblo, de la dirección y de la militancia del PSUV?
-La conciencia y la unidad se han manifestado muy bien en estas circunstancias. Este pueblo, a la guerra económica y la guarimba ha hecho frente, ha sido una garantía, un escudo de parada, para conservar y avanzar, pero pienso que tenemos la urgencia de revisar un poquito cosas que Chávez dejó andando. Chávez pensó en la industrialización, en la producción de riquezas y lo pensó con urgencia, creo que debemos retomar muchas de esas cosas. En el estado Zulia específicamente, tenemos las cinco empresas que Chávez pensó, la de pañales tiene que estar produciendo y produciendo full, la empresa de tanques, la empresa de sacos de rapia; las cinco que fueron su sueño, tenemos que multiplicar aguas abajo con el mismo ímpetu y fuerza que Chávez sembró. Tenemos que hacer un esfuerzo conjunto de ejecutivo y gobiernos locales para transformar materia prima en materia acabada para nuestro consumo y para la exportación. Chávez pensando en la proteína hizo una inversión en Bolivia, en la empresa de soya más grande del mundo, debemos retomar esto, con fuerza, potenciar las posibilidades de producción de carnes, de aves.
Debemos concretar sueños de Chávez, él tuvo la posibilidad de ver la redistribución de la renta petrolera, la satisfacción de ver a su pueblo aumentar los estándares, crecer de talla, mejorar su alimentación, su educación, ser reconocido por los organismos internacionales, pero ahora nos toca a nosotros el día siguiente y lo debemos concretar, es el mayor regalo que le podemos hacer al Comandante y a todo el esfuerzo que está haciendo Nicolás.

Usted como fundador de este compendio ideológico que es la revolución bolivariana. Realmente ¿se considera que se puede hablar del Método Chávez?
-Chávez tenía su propio método de comprender y apreciar la realidad desde el punto de vista del quehacer político, el quehacer diario y de la cotidianidad, se apoyaba muchísimo en el estudio de la historia y a partir de ese estudio lo ayudaba a abordar el presente y a hacer proyecciones. Esa forma de pensar tiene que ver con su creatividad. El pensamiento crítico y transformador viene sin lugar a dudas de ese aporte robinsoniano de originalidad. Chávez es un tipo original, es perfectamente flexible en lo que tiene que ver con un momento político, irreductible en sus principios, irreductible en su dirección, en su ubicación, y por eso a uno le daba la impresión de que zigzagueaba, estaba como el agua buscando el desnivel que la va a llevar al mar. Tenía una capacidad para analizar las circunstancias, y para eso le servía mucho su inteligencia y su chispa caribe, recuérdense de Juan Parao, “el que lo buscan pa un lao, cuando pal otro se fue”, a veces confundía, pero él estaba claro para donde iba. Chávez tenía su propio método de apreciar la realidad, normalmente a uno lo forman en el método cartesiano, ir del todo a las partes, pero Chávez tenía la capacidad de ir de las partes a la totalidad y mezclarlo, que solo es obra de una mente prodigiosa, que no es solo memoria sino capacidades, tendrán que ser pensadores que se dediquen a estudiarlo en todas las áreas y yo creo que él nos dejó en el Plan de la Patria, un resumen, un compendio de lo que puede ser la vida del país para los últimos cincuenta, cien años.

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“Chávez tenía su propio método de comprender y apreciar la realidad desde el punto de vista del quehacer político, el quehacer diario y de la cotidianidad”
¿Cómo evalúa todo el proceso de democracia partidista que vive el PSUV?

-Es un proceso ejemplar, no perfecto porque la perfección solo existe en el paraíso terrenal, fue ejemplar y es un avance muy grande para todo el Partido. Siempre criticarán que hay una carga de un lado, porque un sector está influenciado por un alcalde, por un gobernador, y es natural porque el método lo facilita, los reglamentos no y la estructura no, pero la práctica lo admite, pero hay una libertad que nadie puede revertir: la libertad de los grupos. Que alguien diga, al menos aquí en el Zulia, que alguien vota por este, eso no ocurrió; que es un riesgo que siempre se presenta. Ahora viene una elección que con la voluntad secreta, directa y personal, ahí se complementa todo el proceso. La elección nos fortalece, nos ha fortalecido y nos va a fortalecer. En el caso nuestro, tenemos dieciséis diputados a elegir, vamos a buscar para tenerlos todos y vamos a trabajar para tenerlos todos. Vamos a salir victoriosos, el momento nos obliga, en la guerra económica, en la guerra por la seguridad de nuestro pueblo y en las elecciones parlamentarias saldremos victoriosos.•
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