Por Gustavo Villapol
En menos de 6 años el mundo ha visto
el extraordinario combate suscitado en Venezuela una nación asediada
y perseguida, la cual a dado de que hablar por todo el orbe. La
mediática internacional le ha dedicado extensas páginas web e
impresas, tiempo televisivo, radial, miles de comentarios, post y
publicaciones en los principales medios sociales que existen sobre
Gobierno Bolivariano, dirigido hoy por el Presidente Nicolás Maduro
Moros. Contra el triunfo electoral del presidente Maduro, se desató
toda una campaña nacional e internacional de mentiras y falsos
positivos que van desde los medios tradicionales a las redes y
viceversa, el objetivo es claro y fue diseñado entre otros por el
documento del Comando Sur en el 2018 denominado “Masterstroke”
o Golpe Maestro contra Venezuela y firmado por su antiguo jefe Kurt
Walter Tidd, el cual dice textualmente: “debemos alentar la
insatisfacción popular aumentando el proceso de desestabilización y
el desabastecimiento” [para] “asegurar el deterioro irreversible
de su actual dictador” y “exacerbar la división entre los
miembros del grupo de gobierno, revelando las diferencias de sus
condiciones de vida y las de sus seguidores y al mismo tiempo
incitándolos a mantener en aumento esas divergencias”. Es una
guerra diseñada para confundir y desmoralizar al pueblo, dividir a
la dirigencia político militar y tratar de debilitar las profundas
convicciones ético chavistas que sostienen el ideario popular.
Desde la perspectiva moderna de los conflictos planteados por el imperialismo norteamericano contra quienes no detentan sus intereses, a Venezuela se le ha atacado a través de cuatro operaciones que se complementan, se sirven una de otra y se fortalecen entre si, una operación de guerra militar, una operación de guerra internacional, una operación de guerra económica y una operación de guerra psicológica.
Una muy bien estudiada y segmentada
guerra psicológica a cada una de estas tres bases de sostenimiento
de la Revolución Bolivariana, ha sido desarrollada en los últimos
cinco años a través de los principales medios televisivos,
radiales, web, redes digitales, sistemas de mensajerías, librerías,
teatros, youtubers, instagramer, agencias de noticias, intelectuales,
universidades, entre otros, con matrices que trabajan de manera
sistémica con las otras tres operaciones en desarrollo contra el
país, por ejemplo si hay guarimbas (acciones terroristas de calle)
la operación psicológica activa todas sus armas, artistas,
canciones, medios, periodistas; si sube el dólar, decenas de páginas
web y redes digitales legitiman la operación económica, si hay una
provocación en la frontera o un sobrevuelo de aviones de guerra no
autorizados sobre el cielo venezolano, lo mismo, si activan el TIAR o
declara el Grupo de Lima, o la OEA, por ahí se van. Aquí me detengo
en un estudio que realizamos en plena discusión constituyente en el
2017, sobre las principales Agencias de Noticias del mundo, a través
de técnicas de minería de datos y algoritmos de minería de textos,
identificamos palabras, frases y temas predominantes en Reuters, EFE,
AP, AFP, Telam, entre otras, en ellas se resalta el uso constante de
las palabras como Venezuela, Nicolás Maduro, Dictadura, he incluso
por encima de temas locales vinculados a las agencias estudiadas, una
pequeña muestra empírica de lo que sobre Venezuela se cierne.
El año 2019 ha sido el año que más
ataques mediáticos, internacionales, económicos y militares a
recibido el país. Desde la autojuramentación del diputado Guaidó
en enero, el intento derrotado de incursión paramilitar por la
triple frontera venezolana, conocido como la batalla de los puentes,
los dos sabotajes eléctricos que dejaron a oscuras durante varios
días a todo el país, las más de 70 incursiones de aeronaves de
guerra norteamericana en nuestro espacio aéreo, el intento fracasado
de golpe de estado del 30 de abril liderizado por Guaidó y López,
el robo de Citgo y Monomeros, el bloqueo de cuentas de la nación en
los principales bancos del mundo, la retención de barcos de
alimentos, medicamentos y materiales para la construcción de
viviendas, el asedio de la diplomacia de guerra gringa sobre
gobiernos y empresas del mundo para aislar el país, entre muchos
otros ataques de baja intensidad, pero dañinas consecuencias, han
sido repelidas y derrotadas en un año duro, complejo, pero
victorioso para el sueño bolivariano.
En los últimos 3 meses el intento de
levantar a las y los venezolanos contra su gobierno democraticamente
electo, se ha revertido y la capacidad de resistencia y resiliencia
del pueblo venezolano, junto al cubano y el nicaragüense, se han
convertido en ejemplo y motor de lucha para muchos pueblos. La oscura
noche neoliberal que en los últimos cuatro años intentó
desaparecer nuestras soberanías, está siendo doblegada por los
pueblos que resisten, luchan y levantan una contraofensiva
contundente. Los triunfos electorales en México, en Argentina, la
liberación de Lula da Silva, las insurrecciones populares de Haití,
Ecuador, Chile, Colombia, y la resistencia heroica del pueblo
boliviano contra el golpe racista, clasista, asesino y retrogrado que
se gestó contra el líder originario del los pueblos del sur Evo
Morales, son faros de luz en el continente y van demostrando que las
herramientas de guerra psicológica construidas por el sistema para
alienar y dominar están siendo utilizadas por los pueblos, para
liberase de la opresión, organizarse y contraatacar. Falta mucho por
hacer y más por mejorar, pero ya se asoma de nuevo en el horizonte
el amanecer del sueño bolivariano, las alamedas de Allende, el
sueño de los comandantes Chávez y Fidel, de una Latinoamérica
unida, justa y equitativa, conectada soberanamente con el resto del
mundo de manera independiente y diversa. ¡Vacilar es perdernos,
Venceremos!
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